jueves, 31 de julio de 2008

8. La pérdida.

Y ahora que me pongo a pensar... hay cosas que tengo que contarte que seguro no sabés -como siempre-. Por ejemplo, que todas las vueltas son en vano si no me atrevo a poner la cara en los momentos que debo hacerlo. También es importante que reconozcamos que el que busca siempre encuentra, y que el escape no es el olvido sino el reencuentro. Es distinto cuando me tropiezo con vos, dame menos que nada y te voy a dar más que demasiado, mi arrogancia ahora es inocencia y tu cara nunca va a ser una más del montón. Como viste, mis errores son para vos, y antes de que tus dedos se mezclen en tu pelo en señal de incomprensión, voy a intentar absorver el aire que dejás libre. Pero estúpidamente sigo apostando a que no sabés nada, creyendo además que gano. Entonces todos me dejan caminar y hablar libremente; estoy con la gente de siempre, me rio de lo de siempre, y voy adonde siempre; y de verdad que puedo sentir que todo pasa muy rápido pero me estoy quedando en algo. Es como una gran onda de movimiento, pero yo permanezco inmóvil. Todavía no me di por vencida y creo que en algún momento el mundo va a ser bueno, y no es que me de miedo que leas esto, sino que tengo certeza que no lo vas a hacer. No me voy a sentar a tomar una cerveza con vos, ni mucho menos a fumar un pucho, sería casi indecente de mi parte hacer lo correcto impropiamente, yo no sé nada absolutamente sobre los métodos de encantamiento, pero la idea de verte es suficiente para hacer que mi transpiración se congele. Pero debés saber, doy por sentado, que todo esto que yo hago es para borrar mi pasado; para terminar la búsqueda que me lleva a tu cuerpo, porque mis manos están neuróticas y la conciencia se ríe de mis ganas de besar, es como si escondiera otra persona adentro de mí, que sólo vos conocés. Quiero knoquear al silencio y a cualquier tipo de luz, que sea tu respiración y el brillo de tus ojos lo que reine puertas para adentro. Que el mundo colapse en guerra y exploten los relojes eternamente, que la gente sonriente nos recuerde tomados de la mano cuando caminabamos por las calles juntos, no como cuando me soltás, que pareciera que todos piden a gritos cachetadas. Rápido, seamos lo irracional, absurdo, deforme, lo pervertido y corrompido; me quiero perder para siempre.

1 comentario:

Anónimo dijo...

AAAAAA wacho amoroso, sos una grossa escribiendo, te quiero MUCHO. y porque justamente vivimos tan lejos aprecio la buena onda que me entregas siempre. GRACIAS.