No corresponde la osadía de decirlo pero
no te vayas nunca otra vez,
ni medio día, ni cinco minutos.
Ya te perdí -no literalmente hablando-
y no quiero no saber de vos.
En verdad, no corresponde absolutamente nada;
pero me interesa que pienses que nadie se preocupa por vos,
porque yo te garantizo que no es así.