Dieciocho años de edad hace un mes y monedas.
Un lunar en la mejilla derecha, las uñas razgadas.
El celular sin batería.
Con ojeras, pero con ganas de ver alguna buena película esta noche.
Sin una muela de juicio, con el pelo aún corto.
Usando la misma remera de siempre, pero por supuesto, descalza.
Víctima de un paro escolar, con ganas de que no arruinen más mi futuro.
Y con el mismo pensamiento sobre vos, como siempre.